jueves, 18 de febrero de 2010

EXTORSIONES CONTRA PROFESORES ULA


Luís Loaiza Rincón

Un distinguido profesor jubilado de FACES por nuestro intermedio ha querido alertar a los integrantes de nuestra comunidad sobre una delicada situación de extorsión contra profesores de la ULA que a continuación se detalla:

EXISTE UNA BANDA DE EXTORSIONADORES OPERANDO, APARENTEMENTE DESDE LA CARCEL DE SAN JUAN, ESTADO MERIDA, QUE PODRÍAN TENER CONEXIÓN CON EXTORSIONISTAS EXTERNOS y cuyo modus operandi puede verse reflejado en los siguientes dos casos:

CASO 1: El día viernes 29 de enero de 2010, a las 12:08 del mediodía, estando mi persona en Tucacas, Estado Falcón, recibí una llamada desde el celular 04162536053 de una persona que se hace llamar CONTRERAS, el cual me decía que acababa de secuestrar a mi hijo en Mérida y exigía un rescate inmediato de CIEN MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 100.000.000,00), equivalente a cien mil bolívares fuertes (Bs F. 100.000,00). Afortunadamente mi hijo hacía solo minutos, que había hablado con mi esposa, quien me acompañaba. Inmediatamente, lo llamamos a través de otro teléfono y afortunadamente estaba en nuestra casa de Mérida, sin novedad, con lo cual corté la llamada del extorsionista y tomamos las medidas que consideramos adecuadas para proteger a la familia en Mérida. Quedamos con el shock y la preocupación, pero por el momento no vimos qué más podíamos hacer.

CASO 2: El día martes 2 de febrero se dio la coincidencia de que mi esposa, que es Profesora de la Facultad de Medicina, se enteró que el día Viernes 29 de Enero de 2010, a las 12:30 del mediodía, (apenas unos minutos después de haberse terminado mi llamada) otra profesora jubilada amiga había recibido una llamada a su casa, de un supuesto CONTRERAS, quien se identifico como un SICARIO, con un contrato para liquidarla y estaba dispuesto a negociar. Esta profesora amiga no se dejó amedrentar y sin mediar palabras con el supuesto sicario, cortó la llamada. Ese mismo día se dirigió al CICPC para hacer la denuncia. La persona que la atendió, Jefa de Inteligencia de ese cuerpo policial, de manera informal le comunicó que ya existían varias denuncias parecidas y que aparentemente se trataba de una banda que operaba desde la cárcel de Mérida, etc., etc.

En base a esos dos casos nos pareció que los extorsionadores tienen probablemente un listado de profesores o profesores jubilados de la ULA y están siguiendo un simple orden alfabético (como en los casos 1 y 2 que obviamente no podemos reproducir) para sus intentos de extorsión. Pensamos que, de ser así, están actuando con cómplices fuera de la cárcel, ya que ellos en ese recinto penitenciario no pueden tener acceso al listado de profesores de la ULA.

Sería deseable advertir a la comunidad universitaria de este modus operandi porque ciertamente los profesores estamos en obvia desventaja para enfrentar a los criminales.


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