martes, 7 de septiembre de 2010

Jardín Botánico de Mérida 10 años sembrando valores ambientales




Ubicado en el Núcleo La Hechicera de la Universidad de Los Andes, en una superficie cercana a las 45 hectáreas, está dividido en 14 grandes áreas temáticas, posee 4 proyectos bandera educativos y alberga un sinnúmero de especies vegetales diferentes de todo el país.


Publicidad:                                                                                                                                             Omer Molina Martín / Prensa Apula-IPP
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Durante la entrevista concedida al grupo Multidisciplinario del Jardín Botánico de Mérida (centro de investigación y la fundación),  la coordinadora científica del centro, Claudia Garbiso, destaca los principales avances que se han producido en este “museo vivo del mundo vegetal” desde la puesta en marcha del proyecto hasta la actualidad, haciendo especial hincapié en el mantenimiento y conservación del material vegetal de la región, así como en las especies de uso agrícola o aprovechamiento forestal para poner en valor la importancia de este sector para la región merideña.
Lindante con el Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (Cenditel) y con la Fundación de Ciencia y Tecnología del Estado Mérida (Fundacite), el jardín está ubicado en el campus ulandino, en una superficie cercana a las 45 hectáreas. Con una gran inversión, este proyecto se ha convertido en una realidad gracias al esfuerzo y la colaboración institucional de la Facultad de Ciencias de la ULA. Se trata del único centro de estas características que existe en la región.  En la actualidad alberga un sinnúmero de especies vegetales diferentes del país y posee a su vez, áreas temáticas y es visitado por casi de 7000 niños al año, provenientes de las diferentes escuelas públicas y privadas del estado y de otras regiones del país.

El Jardín Botánico de Mérida, el único centro de estas características que existe en la región, se encuentra ubicado en el Campus universitario ulandino y se trata de un proyecto sin duda ambicioso que comenzaba su andadura a finales del siglo pasado con especial énfasis en la investigación de la botánica que desde la Facultad de Ciencias han estudiado la taxonomía y florística cuyo único objetivo es la conservación de los ambientes y la restauración de los ecosistemas en la región.
Actualmente el Centro de Investigación Científica del Jardín Botánico de Mérida, posee información sobre la docencia de pre y postgrado en botánica dictada por este centro, con acceso al herbario Merck, jardín, la biblioteca Francisco Tamayo, el laboratorio de biología molecular y a la revista indexada Plantula que está especializada en literatura botánica. Está integrado por dos unidades que interactúan en la docencia, investigación y extensión como si fueran una sola en teoría y práctica (Jardín Botánico y Unidad de Investigación y Docencia). “El espíritu que nos anima va más allá de la mera obligación académica o laboral, pues somos conscientes de la trascendencia que el conocimiento de nuestro patrimonio natural representa para Venezuela. Y, por ello parte de nuestra labor es la darle a la universidad y a la comunidad un jardín, un museo, donde enseñar, investigar y preservar el acervo natural de esta región privilegiada del Geotrópico”, señaló Yelitza León, Directora Ejecutiva del Jardín Botánico de Mérida.
Con todas estas áreas, el Centro Jardín Botánico abarca investigación, extensión y divulgación, tanto a nivel formal como no formal. En la investigación se desprenden otras ramas como anatomía vegetal, taxonomía sistemática, biología molecular, florística y ecología y una serie de programas enfocados a la protección de la biodiversidad vegetal “sin dejar de lado la diversidad biológica”, resaltó Garbiso.
A su vez, existe en el centro un grupo de investigadores especializados en el estudio y sistemática taxonómica de briófitos (grupo de organismos que se separaron tempranamente del resto de las plantas terrestres dando lugar a tres linajes diferenciados: musgos y esfagnos, hepáticas y antoceros), “poseemos un amplio campo de acción, también existen especialistas en bambú”.
Para Garbiso, una de las metas del Centro Jardín Botánico, es formar nuevas generaciones de biólogos botánicos, jardineros y horticultores, además de personal capacitado en educación ambiental.
La Fundación
El Jardín Botánico de Mérida pertenece a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes y junto a la Fundación Jardín Botánico de Mérida, fija sus metas como brazo formador de las nuevas generaciones de botánicos, jardineros y horticultores para Venezuela.  Abierto al público desde el 8 de diciembre del año 2000, ofrece a sus más de 20000 visitantes anuales, actividades educativas, recreativas y culturales para todas las edades.
El estado Mérida es un sitio ideal debido a su belleza paisajística y biodiversidad. Posee 18 de las 22 zonas de vida vegetal de Venezuela, concentradas en el 1,2 por ciento de la superficie del territorio nacional.  Esto le otorga al jardín Botánico de Mérida, gran importancia a nivel nacional e internacional tanto en el desarrollo de proyectos de investigación en la botánica como los aficionados a plantas y animales
Con el objetivo de brindar atención, investigar y educar para conservar la belleza y biodiversidad de Los Andes venezolanos en las áreas comunitarias, educativas formales e informales y en la población merideña en general, la Fundación Parque Jardín Botánico nació hace aproximadamente 10 años y en la actualidad su proyecto bandera “Selva” busca “sembrar en la población valores ambientales para dar respuesta a la educación ambiental”, destacó Diony Sánchez, Coordinadora de Programas Educativos de la Fundación Parque Jardín Botánico de Mérida.
En un principio, el proyecto Selva se aplicó en la comunidad norte, empezando con las zonas de Santa Ana, Santa Rosa y La Milagrosa del Municipio Libertador del estado Mérida en un ensayo que duró casi tres años pero cuyos resultados fueron exitosos para luego ser extendidos a lo largo y ancho del estado Mérida en donde casi 7000 niños, también provenientes de otras regiones del país, reciben atención anual con las visitas guiadas desde la escuela.
De manera articulada, la fundación también trabaja con proyectos como “Páramo Andino”, que desplegado internacionalmente con otros países andinos, coordina la asistencia educativa en instituciones pilotos para Mérida.
El proyecto Páramo Andino para niños y niñas participantes en la educación formal ambiental del páramo venezolano, “busca sembrar valores, respeto y cuidado de la naturaleza como premisa elemental de la supervivencia humana, en este caso, la restauración y recuperación de las zonas afectadas en el páramo Andino no sólo en el aspecto ecológico, sino en el cultural y social.  Para ello, la fundación maneja un sinnúmero de materiales bibliográficos, prácticas guiadas, talleres y cursos dedicados a la atención en las zonas rurales, especialmente en los pueblos de Gavidia en el estado Mérida y Tuñame en el estado Trujillo.”
“Cambios”, otro proyecto que impulsa el ambiente biodiverso para la sustentabilidad en la Zona Sur del Lago de Mérida, también atiende en las mismas condiciones que el proyecto Páramo Andino, a niños y niñas de educación formal e informal en la región.
También la fundación funge como extensión del proyecto “Fairchild Selva” que desde Challenger en la ciudad de Miami, USA, se despliegan una serie de programas ambientales que adaptados al currículo venezolano, busca la mejor presentación de proyectos ambientales que los niños realizan durante todo el año, para cerrar con un festival que premia y galardona a la mejor producción, talento y plan ecológico para la región.
Haciendo énfasis en la búsqueda de conciencia ecológica en el ecosistema local desde la edad temprana, la Fundación Jardín Botánico de Mérida además ofrece durante todo el año, investigación, visitas guiadas, jardines temáticos, escalada de árboles, cursos de jardinería, planes vacacionales, actividades comunitarias, bibliotecas, talleres y cursos en diversos temas y guías Scouts con la visión de ser referencia en investigación, educación, conservación ambiental y paisajismo para lograr el acercamiento de la población a las plantas en pro de mejorar nuestra calidad de vida.
Los miembros fundadores del Jardín Botánico de Mérida hicieron un llamado a las autoridades universitarias y gubernamentales a seguir apoyando esta iniciativa que desde hace 10 años resalta a Mérida como patrimonio ecológico del país en donde se han impartido innumerables proyectos educativos y culturales y que además de ofrecer un espacio de recreación y esparcimiento, sembraron conciencia ecológica en miles de estudiantes de educación básica y superior de Venezuela.