martes, 27 de octubre de 2009

CONSTRUIR CIUDADANIA


Ingrid Tortolero

Profesora Titular ULA

Secretaria Académica de APULA

"En tiempos de crisis hay que buscar a la poesía como testimonio, para reconocernos en el pasado y pensar en el futuro". Son precisamente las épocas de crisis las que muestran la necesidad de la poesía en la vida del hombre y de las sociedades". Eugenio Montejo.

A propósito de esta cita de nuestro querido y recordado poeta y escritor Eugenio Montejo debemos reflexionar sobre lo que significa "ser ciudadano".

SER CIUDADANO

En tiempos de crisis políticas, económicas, sociales, de valores fundamentales del ser humano…debemos orientar nuestras acciones a construir ciudadanía…

Se ha fomentado el proceso de la “no ciudadanía” en ese deterioro progresivo de los valores del ser humano; que apuntala aún más a despojar a los ciudadanos de sus derechos fundamentales, donde el individuo pierde la confianza en las instituciones democráticas, económicas e impartidoras de justicia. Y de todo esto no escapa la universidad. Es decir en estos países de esta parte del mundo la crisis se explica en parte por una ausencia de una cultura política que revalorice la cotidianidad, dado que de ahí surgen los proyectos y aspiraciones reivindicativas; también está lejana de todo acto y acciones que se interese en la consulta, los diálogos y los acuerdos para incidir en la toma de decisiones.

Por ello, el país y la universidad deben ir con las manos agarradas a convicciones o valores como la tolerancia, la inclusión y la autonomía, que posibilitan la convivencia, la articulación y el trabajo conjunto. Hacer caso omiso a esto, es tratar de detener un cambio a la fuerza, desatando la violencia o aplazando el futuro del país.

La carencia de virtudes cívicas que existe en los países Latinoamericanos o la pérdida de valores han determinado en las sociedades y, por ende en las universidades, una cultura que niega la esencia de los universitarios. El accionar de nuestros gobernantes en estos países ha contaminado el accionar de nuestros líderes universitarios. Ante esta realidad, el conjunto de actos cotidianos de ofensas, diatriba, señalamientos, acusaciones, exclusiones y provocaciones van distorsionando, en el transcurso de la vida del colectivo su identidad, dotando de una lógica sin sentido las acciones sociales, deteriorando las formas de cooperación, borrando el perfil organizacional de todo grupo social y nutriendo una autonomía falsa de los ciudadanos.

Con estas acciones buscan evitar que crezcan las tomas de decisiones individuales y colectivas, que aparezcan nuevos liderazgos al margen de los tradicionales y se les delegue a ellos la facultad para organizar los eventos movilizadores, la dirección de los mismos y, lo más perverso mostrarse ellos como los salvadores del mundo.

Busquemos el espíritu de la verdad, la esencia de la misma en los grandes hombres que como Montejo han contribuido a crear CIUDADANIA.

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